Amo la música, el cine, los libros de fantasía y los animales.
Desde muy pequeña descubrí que mi manera más natural de expresarme no eran las palabras, sino las imágenes: mientras otros niños pintaban en papel, yo buscaba cualquier superficie que pudiera transformarse en lienzo. Era algo innato, un impulso creativo que me acompañó siempre.
Mi camino en el arte empezó con la carrera de Bellas Artes, que me abrió las puertas a mundos tan distintos como el teatro —donde trabajé en atrezo y vestuario— y el diseño gráfico. En paralelo, en 2013 me adentré en el tatuaje con mi primer curso. En aquel entonces, el aprendizaje era cerrado y muy limitado; aprendí a base de prueba y error, con mucha perseverancia, y poco a poco fui puliendo mi técnica.
El tatuaje se convirtió en un reto constante, en un terreno donde podía unir todas mis pasiones visuales y mi necesidad de crear. No tuve mentores cercanos, pero sí una fuerte inspiración: mi madre, que tatuaba y hacía micropigmentación cuando yo era niña, y aquel chico tatuador que recuerdo vagamente de la infancia.
Su influencia, junto con la paciencia de mis abuelos, que me animaban siempre con manualidades, moldeó mi manera de mirar el mundo.
Hoy disfruto especialmente del micro realismo y de los diseños complejos, porque me encanta enfrentarme a retos difíciles. Pero lo que de verdad me apasiona es mezclar estilos: piezas finas y elegantes con un giro inesperado, calaveras con flores, ornamentos barrocos en contraste con tipografías góticas, colores oscuros con toques de luz. Mis referencias beben del arte barroco, los bodegones y todo aquello que tiene fuerza visual y simbolismo.
A la hora de trabajar con mis clientes, creo en la colaboración. Me gusta escuchar, abrir un espacio de conversación y crear un boceto que nazca de sus ideas y mis manos. Para mí, el proceso creativo previo lo es todo: es la base sobre la que surge un tatuaje único. Trabajo con paciencia, confianza y máximo cuidado en la higiene, porque tatuar no es solo un acto técnico, es una experiencia personal y artística.
Mi mayor deseo es que cada persona que se tatúe conmigo sienta que está viviendo un momento especial y que se lleva consigo un trozo de magia, una pieza valiosa y única.